miércoles, 29 de septiembre de 2010

POSITIVO ENMASCARADO

"Sólo quién ha perdido a un hijo puede imaginarse lo grande que es mi dolor..."

¿Otro error militar?  Muere campesino en operativo del ejército, titulaban los periódicos ese 15 de abril de 2004

Los hechos ocurrieron en San Pedro de la Sierra.  A través del boletín 005 el Batallón Córdova reportó la muerte del labriego como un guerrillero NN dado de baja en combates.


La capacidad operativa del Ejército volvió a quedar en tela de juicio, con los resultados de un operativo adelantado por tropas del Batallón Mecanizado Córdova número 5, en jurisdicción de San Pedro de la Sierra, población ubicada en estribaciones de la Sierra Nevada, en comprensión municipa de Ciénaga, en donde resultó muerto el jornalero dedicado al cultivo de la mora.

La muerte de este labriego fue reportada el día 14 de abril por el Batallón Córdova como un operativo exitoso en el que había sido dado baja un insurgente NN, y desactivado un campo minado con el que supuestamente se pretendía atentar contra las tropas militares.

El NN como fue reportado por el Batallón Córdova, resulto ser Rogelio Botello Serrano de 29 años de edad y quién hacia aproximadamente 3 años había llegado allí para trabajar en la finca de un familiar, recolectado café y en los cultivos de mora y tomate de árbol que se daban allí.

El 13 de abril de 2004, según cuentan Rogelio salió de la casa como de costumbrea las 6:00 am, "Recuerdo que salió con su radio, unas tijeras para el corte de la mora, su billetera con una plata, porque no le gustaba dejarla en la casa; su mochila y el lonche" dijo uno de sus primos, quién por seguridad prefiere permanecer en el anonimato.  Eran aproximadamente las 6:30 de la mañana cuando se escucharon unos disparos, tanto de la parte arriba como de la parte de abajo de la casa, pero esto sólo fue cuestión de minutos. Tiempo después se acercaron a la casa unos uniformados, los cuales portaban pasamontañas y brazaletes de las AUC, pidiendo que les prestáramos una mula, después que salieron de la casa con la mula, pue como le dice uno que no a esa gente, vimos, mi papá y mi  mamá también estaban allí, cuando pasaron por el camino que pasa por la parte de abajo de la casa, sobre la mula llevaban un bulto envuelto con bolsas negras, parecía un muerto y me pregunté ¿A quién habrán matado?, sin imaginarme que se trataba se Rogelio.

Por la tarde y en vista de que todos habían llegado menos Rogelio, además los muchachos no lo habían visto, nos dimos a la tarea de caminar por donde él se había ido, para buscarlo, pero al llegar a una intersección del camino encontramos el lonche tirado y un poco de sangre, fue entonces cuando nos imaginamos lo peor. Lo fuimos buscamos por las fincas vecinas, pero nadie daba razón de él.  Fuimos hasta el pueblo y preguntamos si sabian que había sucedido en la mañana, nos informaron que el ejército había dado de baja a un guerrillero, que no sabían de quién se trataba porque lo estaba envuelto en bolsas y lo habían echado enseguida para Ciénaga.  Esto nos causó curiosidad puesto que siempre que dan de baja a un guerrillero, lo tiran en la plaza para que todo el mundo lo vea, pero esta vez no fue así.

Una vez nos dijeron eso, nos fuimos para San Javier, lugar donde el ejército tiene una base, con el propósito de reportar la desaparición de Rogelio, estando allí le preguntamos a un teniente, sé que era un teniente por la distinción que portaba en su uniforme, que si sabía que era lo que había pasado y me dijo que una de las tropas se había enfrentado a las AUC, y que éstas llevaban un muerto, porque él se encontraba en otro sector cuando vió a las autodefensas cuando iban con un muerto. 

Estando allí mi hermano vio la mula que habían buscado prestada los presuntos paramilitares, en ese momento no lograba entender como si los que se llevaron la mula presumian ser de las AUC, ésta se encontrara en la base del ejército. Mi hermano reclamo la mula y nos fuimos a dar aviso a sus hermanos que se encontraban en Santa Marta.

¿Será a caso este otro falso positivo del ejército?, nada justifica errores como este, pero en muchas ocasiones la presión del Estado, en su afán de mostrar resultados, lleva a que se presente situaciones como estas que ponen en tela de juicio la capacidad operativa de las fuerzas militares y policiales de nuestro país.

Me intriga el hecho de que los militares estuvieran portando pasamontañas y brazaletes de las AUC, pues como se justifica a la casa de los familiares de Regelio se hayan acercado presuntos miembros de las AUC, la mula que se llevaron estuviera en la base militar y que a parte el ejército haya sido quién reportará el caso como resultado de un operativo.  Pero creo que no soy la persona idónea para juzgar el comportamiento de estos militares, serán las autoridades competentes quienes determinen que fue lo que realmente sucedió ese día.

Después de conocida la noticia de que Rogelio estaba desaparecido y que el ejército había reportado la muerte de un guerrillero NN, un hermano y una sobrina decidieron trasladarse hasta la morgue de Ciénaga el 14 de abril, día en que miembros del ejército lo ponían a disposiciñon de medicina legal de esa localidad. "Una vez allí procedimos a identificar el cadáver, fue tan grande la impresión al verlo que aunque mi papá decía que era él, yo no me resignaba y teniendo en cuenta que tenía totalmente desfigurada la cara y que la médico forense preguntó si tenía alguna cicatriz, lunar, tatuaje que permitiera identificarlo plenamente; recordé que él tenía un tatuaje en la espalda, procedimos nuevamente a ver el cadáver, ya no había duda, era mi tío Rogelio; recuerdo ese día como si fuera ayer".

Su madre, María Efigenia Serrano Castellanos, al preguntarle sobre el caso respondió  "Sólo quién ha perdido a un hijo puede imaginarse lo grande que es mi dolor, y si a eso le sumo que hacía apenas 5 meses había enterrado a mi hijo menor, a quién miembros de los paramilitares asesinaron. En ese momento pensé que Dios me había abandonado, pero hoy me doy cuenta de que Dios nos da la libertad de hacer nuestras propias cosas y que no es su culpa, sino la de esos miserables que decidieron acabar de forma grotesca  con mis hijos.  A Rogelio no conformes con matarlo, lo degollaron y fuera de eso le quemaron la cara cocn ácido, quizá para que no lo reconocieramos, pues ellos sabían que era él, ya que esa tropa era del sector, además desde donde lo mataron se podía identificar plenamente a la persona, lo que me hace pensar que lo mataron porque así lo quisieron".

Hay muchas especulaciones sobre la muerte de Rogelio, según otras fuentes, Rogelio había ayudado a una prima a irse la casa del esposo, ya que éste la maltrataba mucho.  Cuando el esposo se dió cuenta de ésta se había ido y que Rogelio la había ayudado a hacerlo, discutió fuertemente con él y lo amenazó.  Este hombre como dicen testigos de los hechos no es nada de fiar, a él no le importa si tiene que matar o pagarle a alguién para que lo haga con tal de conseguir lo que quiere.

Hoy después de 6 años de sucedidos los hechos, este caso todavía se encuentra en proceso judicial, y hasta la fecha no se ha podido saber con certeza que fue lo que realmente ocurrió aquel 13 de abril de 2004 donde lamentablemente perdió la vida un joven inocente, dejando a un niño que aun hoy no entiende porqué el ejército mató a su papá.

Una vez desmpolvado este caso sólo resta esperar que las autoridades competentes determinen si fue un falso positivo movido por la presión y afán de nuestro Estado Colombiano por mostrar resultados y brindar confianza a los inversionistas extranjeros, lo que motivó el asesinato de Rogelio Botello Serrano por parte de los militares; los familiares de la victima esperan que también se determine el porqué los miembros de las fuerzas militares llegaron a la casa portando brazaletes de las AUC.

Creo que en estos momentos sería mejor que las razones del asesinato de Rogelio hayan sido las acabadas de mencionar y no que la corrupción dentro de las Fuerzas Militares es tan grande que han llegado al punto de que sus miembros se conviertan en sicarios, porque de ser así, no sabríamos en quién confiar, porque si la guerrilla y los paramilitares matan por especulaciones, nuestros militares lo estarían haciendo por dinero, situación que no deja muy bien parado a nuestro Estado y Gobierno.


Luz Mery Botello Muñoz
Estudiante de Contaduría Pública
Universidad del Magdalena
Septiembre de 2010




LA FUERZA DEL AMOR

Después de tantos años he vuelto y nada es igual... todo ha cambiado.  Los caminos, las casas, los prados, las fuentes de agua que corrían lentamente desde los peñascos sólidos de la cordillera... ya no son los mismos.  En mi mente salta un deseo interior que anhela que sólo ella siga siendo la misma, mi amada Flor, bella y delicada; tierna e inocente.

En Santa Cruz de la Sierra todo era natural, desde el amanecer sonoro por el canto de los pájaros y la suave bruma que cubría la grandeza mágica de los árboles frutales, hasta la caída silenciosa de la noche, interrumpida sólo por los agudos acordes de los grillos y las chicharras y el croar de los sapos y ranas.

La nostalgia cubre mi ser al recordar mi juventud en la plaza vieja, aquel día soleado cuando la vi por primera vez.  El calor avasallador fue tenuemente apaciguado por la frescura de su presencia a la salida de la pequeña capilla, donde se celebraba el inicio de la semana mayor.  Sus cabellos ondulados se confundían alegremente con el vaivén de las palmas y los olivos.  En sus manos desplegaba un soplo de encanto y frescura un pequeño abanico que se deslizó entre sus dedos cayendo en medio de la multitud que presurosa salía de la celebración; sin pensarlo corrí, lo recogí del ardiente atrio y me abrí paso entre la multitud para entregárselo.  ¡Gracias! es usted muy amable, dijo con acento educado y una expresión de nobleza, propio de las familias adineradas del pueblo.  Mi mirada se perdió en sus expresivos ojos... no supe que decir.  ¿Cómo te llamas? preguntó, mi nombre es Pedro... Pedro Álvarez Rengifo respondí con voz entrecortada; y ¿Usted cómo se llama?... Flor Villareal de la Vega.

¡Flor!, se escucho un grito de autoridad a lo lejos, vamos a casa. ¿Quién es? pregunte, mi padre respondió y se marcho con un deseo de quedarse y seguir conversando. Pude apreciar que su padre era don Martín Villareal el conocido recaudador de impuestos del pueblo.  Pensé que no la volvería a ver, pero en todas las celebraciones diarias estuvo presente.  Me miraba sin decir nada, por mi parte también la miraba con ganas de encontrar una oportunidad para conversar nuevamente con ella.  Un día me decidí y le puse una cita en el parque principal, a la cual asistió sin falta, así sucedió lo impensable... el amor brotó y creció como aquellas fuentes de la cordillera del pueblo.

Para muchos, especialmente para sus padres era inaceptable un amor como el nuestro.  Ella una joven delicada, estudiada y fina, y, yo un pobre campesino formado en medio del arado, la tierra y los animales de las fincas vecinas.

Con el tiempo su madre, doña Inés de la Vega, reconoció el gran amor que existía entre su hija Flor y yo; quizá el sufrimiento de su hija por no poder disfrutar de nuestro amor la hizo recapacitar.  Desde ese momento y a escondidas de su esposo se convirtió en nuestra mejor aliada; su amor de madre sólo deseaba la felicidad de su hija.

Don Martín, siempre negado a nuestra relación, bajo de amenazas y maltratos buscaba mantenerme alejado de su hija, su influencia era tal que me resultaba difícil conseguir un mejor trabajo... confieso que sus amenazas lograban intimidarme, pues era tan sólo un joven.  Todo empeoró cuando se dio cuenta que su esposa ayudaba a Flor para que saliera a nuestras citas... decidió encerrarla y a mí me mando a golpear con unos malhechores de la región... fue una golpiza muy dura, pensé que moriría ese día.

Un día mientras caminaba por la plaza me encontré frente con don Martín, una vez más sus insultos se escucharon, y en tono amenazante me advirtió "Aléjate de mi hija, o serás el culpable de su desdicha, porque la desheredare, y ella no está acostumbrada a pasar dificultades e incomodidades; no creo que un pobre miserable e infeliz como tú sea capaz de darle todos los lujos y comodidades que ella necesita".  En algo tenía razón don Martín, en mi condición no podría darle a Flor todo lo que ya tenía y a lo cual estaba acostumbrada... estas palabras resonaron en mi mente por varios días y noches, hasta que decidí irme a buscar un mejor futuro, para asi darle todo cuanto Flor necesitaba.

 Tomada la decisión, esperé que todos en el pueblo durmieran, tomé el poco de ropa y dinero que tenía y me marche sin siquiera despedirme de ella... pensaba que no permitiría que me fuera... fueron muy difíciles los primeros días, no contaba con mucho dinero y todo era tan grande y diferente, la ciudad, un gran imperio, grandes calles y muchos carros, pasé muchas necesidades, pero el sólo pensar en Flor me daba ánimos para seguir adelante, esperando que algún día ella comprendiera mi decisión... Pasaron muchos días, quizá meses y nada de trabajo, pero un día cuando iba caminando por una calle sufrí accidente, los médicos dijeron que una carro me había arrollado, la verdad no recuerdo nada, cuando desperté estaba en un hospital... permanecí allí por varios días...

... Estaba sentado en uno de los parques de esa enorme ciudad, tenía dos días que no probaba bocado, estaba decidido a regresar a mi pueblo, cuando se apareció un hombre, bastante mayor y muy elegante, "Llevaba mucho tiempo buscándolo" me dijo, quería saber cómo podía ayudarme, ¿Quién es usted? le pregunte, pues nunca en mi vida lo había visto... era el culpable de mi accidente.  

Desde ese día me dio trabajo como mensajero en una de sus empresas... una mañana me dijo que yo le recordaba a su único hijo, el cual había perdido en un accidente... eso era lo que lo había llevado a buscarme y darme ayuda, con el paso del tiempo Tico, como le gustaba que le dijera, y yo nos hicimos muy buenos amigos, después de varios años decidí contarle el porqué yo estaba allí y me dijo que luchara con todas mis fuerzas, que no permitiera que nada ni nadie acabara con algo tan maravilloso como el amor, porque es algo que no se consigue a la vuelta de la esquina.

Es por eso que regresé sin haber logrado lo que me proponía, espero con gran anhelo que Flor siga siendo la misma... Vi a mi viejo amigo Pablo, y no vacilé en preguntarle por Flor, para ver que me decía, se sorprendió al verme, pensé que habías muerto, aun la recuerdas, me dijo; a lo que respondí...mejor aun la amo, no he podido sacarla de mi mente y mi corazón ni un instante, ella ha sido el motor de mi vida, pero anda dime sabes que ha pasado con Flor... debe estar en el río como acostumbra... me fui corriendo y cuando llegué sólo estaban las mujeres de lavandería y una joven mal vestida con una talega de ropa sucia... ¡Flor! exclame con fuerte voz... aquella joven mal vestida levantó su mirada y un poco sorprendida sonrió, a la vez que sus lagrimas se deslizaban por sus rojas mejillas... salió de inmediato del agua y me abrazó, nuevamente me miró y pude notar en sus ojos que su amor por mí era el mismo, quizá mayor... ¿Qué haces aquí? ¿Por qué vistes así? pregunte; me contó que su padre quería casarla con un joven adinerado de la región, ella pensó que al casarse traicionaba el amor que por mí sentía, así que prefirió renunciar a todo lo que tenía y abandonar su casa.

Le explique el motivo de mi partida, a lo que respondió  "Ya no importa el porqué te fuiste, lo que importa es que ya estás aquí", desde aquel momento Flor y yo vivimos en la pequeña casa donde ella vivía, no tenemos lujos ni nada que se le parezca, pero tenemos lo más importante... nos tenemos el uno al otro.


Luz Mery Botello Muñoz
Estudiante de Contaduría Pública
Universidad del Magdalena
Septiembre de 2010